Velada I & II

Velada I
Yo velaré en tu sueño, comprenderé si no confías en mí, realmente siempre te he tratado con indiferencia y eso produjo sollozos en tu frágil corazón, pero quiero que comprendas el por qué…
Siempre que me encariño termino sufriendo, la indeferencia no es el camino, apréndelo, amar es amar no importa cuales sean las formas para sentirlo.
Yo estaré a tu lado esta noche, espero ser más simpática en tus sueños igualmente comprenderé si no lo soy, siempre fui distante contigo, pero solo hoy quiero demostrarte lo que siento, cuidándote en tu descansar, acabando con los eufemismos, los llantos más llorados y aquellos que nunca se pudieron concretar, las risas más reídas y aquellas que ni una mueca las imitaba, las verdades mejor dichas y aquellas que quedaron calladas, ocultas, separadas de la realidad…hoy quiero ser real, para ti, para mí, para ellos y sobretodo para nosotros, no lo puedo evitar cuando hablo de mí hablo de ti, ahora te susurro dulcemente “duerme”, estaré a tu lado siendo simplemente lo que soy, lo que nunca has visto por encubrirlo, pero pude aprender que no somos un juego de niños, el único niño eres tu, espero que cuando despiertes veas que todo esto no fue un sueño…

Lucía G. 01/03/10

Velada II

No había podido dormir por culpa pesadillas, pesadillas tontas pero que me habían asustado en ese momento y fui hacia ti, eras quien se encontraba en ese lugar junto a mí pero sin estarlo.
No sé por qué siempre me tratas de esa manera, como si no existiera, supongo que eres distinta, o eso es lo que quiero creer, mi imaginación me engañó muchas veces, me hacía verte sonriéndome, acariciándome y hasta creí escucharte decir un “te quiero” pero sé que es solo un sueño, un dulce sueño…pero hoy tuve pesadillas de esas que empiezan en un color blanco, fundiéndose en una nube gris para acabar en un frío negro, ese negro tan frío que duele, asusta y mata.
Me recosté junto a ti, me encantaría escucharte decir “dulce sueños” pero solo te corriste para darme la espalda; lentamente cierro los ojos mientras me idealizo mi mundo de fantasías lleno de juegos y canciones para así caer dormido.
“Duerme”, te lo escuché decir pero mi imaginación me está jugando otra mala pasada, nunca me dirías eso, por lo menos no con ese tono tan cálido, tan confortante, no parecía tu voz y no creo que lo fuera, seguramente es el blanco comienzo de otra negra pesadilla…

Lucía G. 12/03/10

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No sé por qué, pero me gustan estos dos escritos, tal vez porque son los más actuales... Porque saben expresar perfectamente una idea bastante inconcreta y efímera.