Esperar, esperar y esperar, muchas veces siento que de eso se trata la vida, pero otras tantas mi mente (¿o acaso será mi corazón?) siente que el secreto está en no esperar nada, sino en salir a buscarlo. Hay que admitir algo, tampoco es tan sencillo tirarse al vacío y rogar por caer en algún lugar que te mantenga bien, pocas cosas salen así realmente .
Al menos aún mantengo la dureza suficiente para llorar cuando es debido y cantar en soledad, mi voz poca veces se logra quebrar y muchas veces grita aunque no tuviese la necesidad de hacerlo.
Admito haberme equivocado, dar pasos al costado cuando debía seguir de frente y seguir cuando debí haber renunciado a un par de acontecimientos, pero la vida no tiene un manual, ni reglas, la vida es tan libre que asusta y resulta muy fácil caer en el error.
Tengo un par de secretos que nunca voy a contar y también he contado cosas que jamás debieron hacerse palabras, creí y fallé, me ha fallado como yo lo he hecho alguna vez, todos sin querer hemos traicionado los principios de otros y con ellos nuestros propios principios, pero aún así creo fervientemente que la vida está hecha de segundas oportunidades, aunque el tiempo no se detenga, aunque no se pueda cambiar lo sucedido, aunque sienta muchas veces que nada aquí es real…
Lucía G.
PD: Sí, volví :D