Desde hace mucho tengo la costumbre de jugar con los colores en mis escritos, de hecho con solo ver el nombre del blog se da una pauta de eso.
Tengo una idea un tanto sinestésica sobre la personas, a medida que las conozco les voy agregando colores. Voy a tratar de ser más o menos clara, dentro de este divague.
Cada color para mí representa rasgos de la personalidad, por lo tanto, todos tendremos muchos colores con predominio de tres o dos.
Según mi teoría la mayoría de las personalidades se pueden dividir en los siguientes siete colores (como color dominante, el resto de los colores como turquesa, lila, rosa son colores complementarios):
Rojo: Aquellas personas emotivas, que actúan con su corazón muchas veces de modo impulsivo. Seguras de sus decisiones, cariñosas, sensibles y muy apasionadas.
Azul: Aquellas personas amigables, tranquilas, simpáticas, sobrias. Más racionales que emotivas. Serenas y confiables. Que dan consejos pero aún así poseen una personalidad fuerte. Equilibradas, viven en el presente.
Verde: Aquellas personas sinceras, idealistas, creativas, pero con poco humor, más serias, autocontroladas. Emotivamente reprimidas en algún punto.
Amarillo: Aquellas personas que son el centro de la atención, llamativas, cariñosas, alegres, líderes a veces no tan positivos, ambiciosos, les gusta planificar, siguen a la moda y son positivas, miran al futuro.
Blanco: Persona cauta, pacífica, en la cual domina el pensamiento. Comprensiva, tranquila, soñadora, reflexiva y amable. A veces la lastiman por no saber decir "no" por sus deseos de no perjudicar a nadie.
Gris: Esas personas que se conforman con menos, nostálgicas y melancólicas. Dudosos en cuando alcanzar sus propios deseos, necesita alejarse cada tanto para pensar tranquilamente. Llevadas por sus sentimientos. Suelen vivir del pasado.
Negro: Aquellas personas autoritarias, quejosas, generan conflictos innecesarios, que no conceden otro punto de vista más que el propio pero que sin embargo en el fondo desean ser queridos y comprendidos.
Yo soy gris, verde y, a veces, un toquesín de blanco.