Puede ser un piano o puede ser una gran ciudad. Puedo ser buena pero también puedo equivocarme. Puedo ser tranquila pero no indica que no me enoje.
Las etiquetas parecen prohibir que otra realidad exista paralelamente a la impuesta. Nada es lo que parece, porque lo que parece es lo que creemos y no siempre tiene que ser exactamente la realidad.
Confiamos tanto en lo que creemos, que olvidamos que las cosas cambian o no siempre se muestran del mismo color.
Todos mutamos, los sentimientos cambian, las personas se alejan y se acercan constantemente, nos conocemos y nos desconocemos al mismo tiempo.
No pretendamos etiquetar a los otros si ni siquiera podemos etiquetarnos a nosotros mismos.
PD: Feliz cumple primo, feliz cumple, Papá! <3
Las etiquetas limitan y hieren demasiado. Todos etiquetamos alguna vez en la vida pero tenemos que hacer un esfuerzo para dejar de hacerlo con nosotros mismos y con los demás... Comparto tu forma de ver las etiquetas :3
ResponderEliminarSaludos :D y felicidades a tu primo y a tu Papá también :D
Bueno, yo diría que las etiquetas están mal si se las cree con convicción dogmática… Pero es inevitable etiquetar en primera instancia por que no se puede conocer la verdad, y todo pasa por varios filtros y termina siendo una realidad aproximada y convenida tanto socialmente como personalmente. Luego, las etiquetas nos simplifican la vida, por que no podríamos tratar con la complejidad de fenómenos del universo si no los simplificáramos un poco a través de nuestros modelos mentales. Y una forma de simplificar, es etiquetar.
ResponderEliminarEntonces lo ideal sería el poder “activar” y “desactivar” las etiquetas según las necesidades, y que las mismas sean productivas y no simplemente prejuicios moralistas o estetas.