A penas pasó lo que pasó - realmente no tengo ganas de explicar bien los hechos, solo voy a decir que fue en un clase de la facultad- volví a mi casa pensando en qué había cambiado yo para actuar de ese modo tan... asqueroso, mientras pensaba y me recriminaba en cada momento ese actuar llegué a la conclusión de que no cambié, sino que me adapté a la situación, es decir que, si actuaba distinto me hubiera sentido mejor conmigo pero hubiera quedado un poco fuera del grupo que me rodeaba por lo que opté lo seguro y me quedé en el grupo tomando la misma decisión que todos y con extraño sabor a derrota dentro mío.
Entonces creo que eso es lo que nos impulsa un poco a todos a tomar algunas decisiones un poco crueles, en algún punto, pero seguras para sí, el hecho de pertenecer y de sentirte parte de algo, logrando no cambiar tu forma de pensar sino haciendo que te adaptes a la forma de pensar o actuar del resto.
Me decepcioné a mí misma, pero es parte de crecer darte cuenta que vos tampoco sos perfecta y actuás siempre según tus convicciones, en vez de eso, aceptás a que veces te dejás llevar por la corriente.
Y finalizás siendo una más en ese lugar que te hace sentir menos bien.
Y si. Pensar es muy facil y los ideales hermosos, pero cuando chocas con el mundo todos los dias, hay momentos en los que por pereza, cobardia o conveniencia uno sigue la voluntad ajena. Para hacer siempre lo que se quiere hay que ser un Cesar o un Napoleon, o en tu caso una Mesalina.
ResponderEliminarYo siempre digo que es mejor tener pocos principios , numericamente pocos pero claros, y defenderlos ferreamente, que tener un monton, y no por que tener un monton es malo, sino por que es mucho mas dificil mantenerlos. Espero que halla sido una situacion mundana o no muy importante, y que no hallas faltado a una gran conviccion tuya. Por ultimo, me gusto la foto del cardumen.
Slds